"La única vacuna que nos protege es la PREVENCIÓN."
La prevención de las enfermedades venerias es posible gracias a la educación y a la cultura que recibimos en la familia, cuando somos niñ@s, no acuso a los progenitores sino simplemente les llamo a la REFLEXIÓN, a algo que nos inspire a mirar un futuro mejor sin que estemos dependiendo y contaminando nuestros cuerpos con medicamentos caseros que nos alteran la sagre de una u otra forma.
La conciencia impositiva de la educación sexual y reproductiva no son mas simples métodos que nos generan curiosidad a experimentarlo cuando somos infantes, cuando llegamos a la adolescencia nos hacen creer que son seguros sin explicarnos las concecuencias que producen en el cuerpo y a los 18 a más años nos bendan los ojos con la sensualidad de tener sexo, nos dicen sean felices, gocen su cuerpo, nos ofrecen de marca en marca cual fuere el costo en adquirirlo sin importar el lugar de venta de estos, ni averiguamos sin son legales y de contrabamdo. Me pregunto ¿qué precio daría usted para ser feliz en las citas sexuales?..., la respuesta ya me la sé... saben porque? las estadísticas de divorcio; separación de parejas; violaciones; de acoso sexal; miradas pornográficas; publicación, venta y compra de películas; las visitas a paginas webs con contenido pornográfico; la infidelidad de la esposa, novia, enamorada, amiga y de la amante; en fin, todos ellos conducen a una cantidad cifras numéricas que en cada suspiro incrementan los ceros.
"La droga, la prostitución y el alcohol son terrenos fértiles para contraer SIDA".
Los
mismos que han monopolizado la educación en calidad de ?educólogos?
proponen el ranking de notas. Discriminación positiva que pretende
terminar con la discriminación: majamama (versión ?Machuca?) que nadie
ha podido explicar.
HAY DISTINTAS maneras de “tomarse” la universidad, la más ilustre y
perdurable institución cultural inventada por Occidente. En Chile las
conocemos todas. Se la ocupa (mejor dicho “okupa”); se la para (los
alumnos no van a clases o van cuando quieren); se la convierte en
negocio (las públicas con platas fiscales, las privadas para qué decir);
se la funda y usa como tribuna con propósitos sectarios (ideológicos o
religiosos: negocios también); se la profesionaliza (no importándoles
que lo mejor que hace la academia es cultivar disciplinas intelectuales,
no “carreras”); se la vigila e interviene manu militari (me avala Jorge
Millas); e, igual de oportunistas, se la “toman” ingenieros sociales,
quienes creen que “desde arriba” (qué mejor que desde claustros con
torres) se puede rediseñar la sociedad. Por eso, en Chile no hay
universidades de peso internacional, y las pocas relativamente pasables
que había, se las ha degenerado: se las vienen “tomando” desde la década
de 1960.
De hecho, todo comenzó por aquel entonces con sociólogos, estudiantes
y profesores tirados para la punta, quienes se propusieron
“concientizar” y trastornar el ambiente a fin de que
la universidad se
“comprometiera”, “revolucionara”, volviera “relevante” y
“democratizara”, esto es: llegara a ser “para todos”. Gente que, desde
hace años, ha monopolizado el tema en calidad de “educólogos”,
consultores internacionales, acreditadores y administrativos, uno que
otro rector universitario incluso. “Expertos” que abundan (sobran) como
nunca, y que por décadas vienen manejando la educación del país con
sesgo tecnocrático, aunque así igual de mala sigue (ese es su negocio y
uno muy lucrativo). Los mismos “lobbistas” que han estado cabildeando,
agitando y consiguiendo, ahora último, lo del “ranking”. Dudosa, pues,
esta nueva estrategia que pretenden ensayar.
Esta vez, no haciéndole asco al mercado, porque amplía la “cobertura”
y, además de ese modo, se acomodan al neoliberalismo imperante (antes
eran estatistas convencidos); haciéndose eco de “la calle” y sus
demandas; saltándose al Mineduc, que ha desaconsejado la nueva
ponderación porque es precipitada, cambia reglas de juego, y no consta
que beneficiaría a grupos que se dice que va a favorecer; por último,
generando el repudio de estudiantes y directivos de los liceos más
antiguos y de más alta exigencia, dispuestos a ir a tribunales y, de
paso, “inflar” notas para amortiguar tamaña discriminación afirmativa.
Discriminación que pretende terminar con la discriminación: majamama
(versión “Machuca”) que nadie, hasta ahora, ha podido explicar. Todo
esto en aras de una supuesta mayor “equidad”, y fin de la “selección”
que hacen liceos emblemáticos con probados alumnos, no meras posibles
expectativas que habrá que ver si los vuelve viables el empujoncito con
fórceps que se ofrece como remedio social.
El igualitarismo es siempre una pataleta a favor de una igualdad
hipotética. Lo del “ranking” me recuerda la anécdota que cuenta Armando
Uribe de por qué eligió estudiar Derecho y no Filosofía. Fue al antiguo
Pedagógico y se espantó: en los jardines, escuchó a unos estudiantes que
estaban leyendo, según ellos, El Ser y la Ná, de Sartre por supuesto.
DISPONIBLE EN: http://www.latercera.com/noticia/opinion/ideas-y-debates/2013/10/895-547695-9-universidad-para-todos.shtml