Por: JOSÉ JULIÁN SIRPATICO
Un
gobierno liderado por un indígena que desató esperanzas al pueblo boliviano,
que ganó los dos tercios de votos, de pronto empieza hacer manejado de manera
autoritario y represor, con un núcleo de personas de elite intelectual
acomplejados, con identidad equivocada que tienen una visión de país sumisa a
intereses foráneos, que manosea un discurso retórico de defensa de la madre
tierra, del bien vivir, ganándose títulos de Doctor Honoris Causa a cambio de
mentiras supranacionales y en los hechos reproduce un mecanismo colonial
nacionalista, liberal y neoliberal mezclándolo con el social comunitario.
Todo
se inició con una marcha de minoría nativa, en defensa de la madre tierra, los
mediáticos los llamaron “la marcha en
defensa del TIPNIS” y el presidente lo descalificó de una manera muy
soberbia y sorda mezclándolo y envenenándolo que estaba siendo financiada por
las ONG, la USAID y desde atrás remaban los partidos políticos de la derecha
que querían sobrevivir a los cadáveres neoliberales, todo fue un escándalo
entre dibujos animados y guerrillas de niños traviesos egoístas frente al
pueblo de Bolivia.
Los
derechos que tenemos como ciudadanos universales en cualquier lugar del mundo
es el derecho a la libertad de expresión, opinión y a la palabra, a la igualdad
entre culturas, a la equidad entre grupos étnicos, a tener libre circulación
por las calles de cualquier ciudad o pueblo, a ser informado de los hechos y
sucesos adversos a la verdad, a comunicarnos con nuestros semejantes, todos
somos iguales y no hay razas entre los hombres.
La
indignación del pueblo nació en el corazón y la mente de aquel hombre que come
polvo en los campos de los andes a los llanos de Bolivia, gritando a voz en
cuello “defendamos el único pulmón del mundo” nadie pudo callar, ni mentir la
sabio reclamos y siempre lucharán sin quejas, se derrama sangre, sudor y
lágrimas por la única causa de sobrevivencia, mientras otras naciones
encontrando el bendito desarrollo sus tierras ya se hacen desérticas y el
hambre consume a sus niños ya no es hora de fingir sino hay que actuar con los
sabios concejos de los ancestros que lideraron alguna vez a nuestra nación.
“Que
se respeten los derechos humanos de todos nosotros” es el reclamo airoso del
ciudadano enojado tras el atropello del gobierno, el TIPNIS no es cualquier
territorio es un espacio verde sagrado, donde se busca una tierra de libertad y
armonía, entre humanos, animales y plantas en los diferentes pueblos indígenas,
la coca es una bendita hoja no del cocainero que existe dentro del Chapare y
los yungas, en declaraciones sabias de Cecilia Muyoviri Collo presidenta del
pueblo Mojeño – Trinitario “nosotros la cuidamos, no la maltratamos el
bosque como lo hacen los hermanos colonos”, es clara, las palabras son
poderosas y fueron enemigos de Evo Morales que culpo de opositor político a los
medios de información quienes defienden la verdad de los hechos acaecidos el 25
de septiembre 2011.
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